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Túnel del Carpo


¿Qué es?


El nervio mediano es una estructura que pasa por la muñeca bajo un grueso ligamento (ligamento anular del carpo) y que da la sensibilidad a los dedos desde el pulgar a parte del anular. El único que se queda sin esa inervación es el dedo meñique que se inerva por el nervio cubital. Además, da inervación para la movilidad de algunos músculos de la mano.

En ocasiones, este nervio puede atraparse y desarrollar los síntomas de parestesias (acorchamiento) llegando a pérdida de fuerza.

El síndrome de túnel del carpo es el síndrome de compresión nerviosa más frecuente en la población llegando hasta el 10% de la misma. Es más frecuente en mujeres, trabajadores manuales y a partir de 40-50 años.


¿Qué síntomas tiene?

El síndrome de túnel del carpo (STC) suele comenzar como adormecimiento o acorchamiento de los dedos pulgar, índice, corazón y anular. No siempre se duermen todos los dedos en fases iniciales.

Es frecuente que los pacientes que lo padecen sufran estos síntomas por la noche, llegando a ser muy incomodos y despertándolos con la necesidad de mover la mano para que remita la sintomatología.

Según avanza en el tiempo, estos síntomas se darán con más frecuencia y realizando actividades cotidianas. Si progresa más la patología, sin realizar tratamiento, puede hacer que se queden esos dedos “dormidos” de manera permanente y llegar a afectar a músculos de la mano produciendo pérdida de fuerza de la misma.


¿Por qué se produce?

La base de esta enfermedad es un atrapamiento del nervio mediano al pasar bajo el ligamento anular del carpo a la altura de la muñeca. Este ligamento puede engrosarse y pinzar el nervio dando lugar a los síntomas comentados.

Esta patología se puede producir por múltiples motivos que pueden ser un sobreuso como en profesiones de gran actividad manual, cargas repetidas, traumatismos repetidos o mantenimiento de posiciones.

Se ha visto que es algo más frecuente en mujeres y en patologías de base endocrina como enfermedades tiroideas y embarazos.

En resumen, se puede producir por una suma de situaciones tanto propias del individuo (motivos hormonales, endocrinos o sexo) como por factores extrínsecos (trabajo).


¿Cómo se diagnostica?

El principal diagnóstico de esta enfermedad es clínico, es decir, la suma de los síntomas que comenta el paciente en la consulta y la exploración mediante una serie de maniobras concretas.

Además, se puede solicitar un electromiograma para valorar el nivel de afectación del nervio. Cuanta mayor afectación tenga, peor pronóstico de recuperación presentará ese nervio.


¿Cómo se trata?

Como en muchas enfermedades, el tratamiento puede realizarse de manera conservadora o quirúrgica.

De forma inicial, se puede realizar un tratamiento conservador basado en férulas de uso nocturno y fármacos neurotróficos (complejos vitamínicos para mejorar el nervio) pero que no eliminan la compresión producida por el nervio.

En muchos casos recomendamos el tratamiento quirúrgico por la simplicidad del procedimiento, buenos resultados obtenidos y para evitar la progresión de la patología.


¿En qué consiste la cirugía?

La intervención es muy sencilla y consiste en una incisión pequeña de unos 2 cm en la región de la muñeca llegando directamente sobre el ligamento engrosado. Este se secciona, protegiendo el nervio, y se revisa posteriormente que no exista ninguna otra causa de compresión. Tras esto se lava, se sutura y se daría por finalizada la intervención.

La intervención se realiza con anestesia local para permitir al paciente irse a su domicilio tras la misma.

Esta intervención tiene un tiempo medio de duración de unos 5-7 minutos.

Esta es la solución más definitiva y la que evita en la gran mayoría de los casos la progresión de la patología.


¿Cuál es el postoperatorio?

La cirugía se realiza con anestesia local y suele ser ambulatoria, es decir, no requiere pasar la noche en el hospital.

El paciente sale de quirófano con la muñeca vendada pero se le permite mover desde el primer momento. Esta venda se retirará tras la primera cura y se cambiara por un apósito.

Posteriormente sólo se tiene que tener la herida limpia y seca hasta la retirada o caída de los puntos de sutura.El tiempo de baja es corto debido al tipo de intervención y la técnica quirúrgica empleada variando, según pacientes, de una a tres semanas

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